A la hora de abordar la defensa en los supuestos de derecho de familia varias son las preguntas que tenemos que hacernos porque la dinámica procesal será evidentemente distinta. ¿Hay hijos del matrimonio? ¿Es de común acuerdo?¿Hay divergencia de opiniones pero hay acuerdo en relación a los hijos?¿Existe patrimonio familiar objeto de disputa?.

Cada una de estas preguntas dará como consecuencia una serie de planteamientos que pueden hacer más o menos complicada la solución. Si los cónyuges tienen claro el bien superior de los hijos, una gran parte del problema estará resuelto ya que el tema económico tarde o temprano se podrá solucionar. Si podemos convencer a los cónyuges de que el eje central y primero de solución es el bienestar de los hijos, gran parte de nuestro trabajo estará hecho ya que una disputa por la guardia y custodia de aquéllos en los Tribunales es algo no deseable aunque muchas veces inevitable. Intentar que las emociones no nublen el buen juicio es una de nuestras tareas en las primeras reuniones preparatorias con nuestros clientes.